Esta casa en México fue diseñado originalmente como una escapada de fin de semana en lugar de una vivienda permanente. Por lo tanto, el arquitecto confió en áreas de comunicación y relajación en una gran empresa: de ahí la espaciosa cocina, una abundancia de áreas de sofás y rincones con mesas y sillas. La casa consta de tres volúmenes con techos inclinados: la parte central y dos edificios adyacentes, mientras que el lado que da al jardín está completamente acristalado. En la decoración dominan tres materiales: el metal, la madera y la preciosa piedra natural, que crea la sensación de que la casa tiene más de cien años. Gracias a la arquitectura inusual, la casa se destaca en el contexto de la naturaleza circundante y al mismo tiempo encaja perfectamente en ella. A toda la familia le encanta reunirse aquí durante el fin de semana o durante las vacaciones y divertirse: relajarse en el jacuzzi, cocinar el almuerzo, jugar juegos de mesa o tomar el sol junto a la chimenea..